jueves, 6 de diciembre de 2012

Tres puntos en los que falla el emprendedor mexicano



Publicado por Pablo Escobedo en   www.dineroenimagen.com
Rodrigo Laddaga, director del programa E-Mtyh en español, trabaja a diario con emprendedores y directores de empresas de todo el país. En ellos, encuentra problemáticas en común a la hora de tener un fracaso laboral y lo resume en tres puntos.
Apertura para buscar ayuda.
De acuerdo a Laddaga, no son muchos los emprendedores que reconocen la necesidad de asesorarse cuando inician su negocio. “La gente cree que por saber un oficio va a poder desarrollar un negocio. Es una de las principales razones por las que truena. No saben como desarrollar un negocio y van aprendiendo en el camino. Se la pasan operando todo el tiempo, nunca aprendiendo en como desarrollar una empresa”, comentó el director de E-Myth en español.
Pagar por esa ayuda.
E-Myth tiene presencia en más de 60 países con 30 años en el mercado de asesoría y programa para mejora de empresas. Aunque Laddaga mencionó que los problemas de las Pymes son parecido en la mayoría de las naciones, en México se vive con una “cultura subsidiaria”.  “El emprendedor tiene que acostumbrarse a invertir en su empresa”, afirmó.
Les falta voluntad y disciplina.
De acuerdo al director de E-Myth en español, hay un recurrente cuando no se cumplen las expectativas con el cliente. “No hacen lo que les decimos que tienen que hacer”, concluyó Laddaga.

3 Pasos que te ayudan a lograr cambios.




Un solo cambio a la vez, pequeño y sencillo

El “yo soy capaz” y “ya verás” son loables y necesarios, hay que tener motivación y recordarte con frecuencia el porqué del cambio. Pero es imprescindible que contengamos nuestros caballos, que refrenemos nuestro entusiasmo y que no nos lancemos a cambiar a lo loco y en todas las direcciones.

Es esencial intentar sólo un cambio a la vez. Lo que ya es un notable reto de por sí. Además, hay que proponerse cambios muy pequeños y muy sencillos pero repetirlos cada día. Yo diría que debemos marcarnos micro cambios. Fíjate un minúsculo cambio en tu rutina  que puedas llevar a cabo. Algo como (ojo, sólo son ejemplos):

No voy a entrar en Facebook hasta haber terminado la primera Tarea Clave del día.

Cuando esté trabajando quitaré todos los notificadores, avisadores de actividad y aplicaciones en segundo plano.

Voy fijar un momento y tiempo límite-máximo para feeds y blogs.

No voy a tener el Email permanentemente abierto.

Voy a hacer descansos regulares entre tarea y tarea

En lugar de abrir el Email a primera hora empezaré a trabajar con la Tarea Clave que tenía planificada.

Fíjate cambios concretos que puedas medir y palpar

El “ya verás, esta mañana voy a ser productivo de verdad” está muy bien como inspiración y punto de partida pero para lograr cambios duraderos tienes que fijarte retos muy concretos, muy palpables que fácilmente puedas medir y decir: “lo he conseguido” o “no lo he conseguido”.

En todos los casos esos cambios supondrán hacer o no hacer algo, esto es, requerirán de una acción. Además, el fijar objetivos concretos te permitirá dos cosas:

Evaluar tus progresos con avances (o retrocesos) reales y tangibles.

Saborear y felicitarte por cada avance: tú lo verás hecho y serás el primer beneficiado.

Recuerda algo muy importante: todo aquello que no se ejercita se pierde.

Repite y repite con regularidad diaria y constante

Al hábito se llega por la rutina y a la rutina por la repetición. Para hacer crecer un hábito de forma duradera y sólida es imprescindible ser constante y persistente. En general tendemos a abandonar algo con la misma rapidez con la que nos entusiasmamos. En el terreno de los cambios productivos esto está mucho más presente y firmes y bienintencionados propósitos se vienen abajo en muchos casos por la falta de constancia.

Ser regular no es fácil, requiere motivación, disciplina y la iniciativa de querer hacer las cosas. Pero el hecho de fijarte cambios muy pequeños y cambios que además tú mismo puedas palpar y ver realizados, será determinante a la hora de facilitar esa repetición tan necesaria a la hora de crear rutinas productivas.

Recuerda algo muy importante: todo aquello que no se ejercita se pierde.