lunes, 12 de agosto de 2013

El Líder Maduro y el sentido de urgencia.

LA AUTOMPLACENCIA Y EL FALSO SENTIDO DE  URGENCIA  




Somos demasiado autocomplacientes. Y ni siquiera lo sabemos.

El exceso de actividad, frenesí, estar todo el día ocupados ¿es sentido de la urgencia? No, no lo es. Es simplemente la actividad frenética de personas que intentan hacer frente a quince asuntos a la vez, poco de los cuales son fundamentales para la organización.

Dos grandes peligros para un liderazgo maduro: La autocomplacencia y la falsa urgencia.

Subestimamos el poder de la autocomplacencia. Su efecto es devastador, y por lo general el que la padece la niega.
Observamos que la gente está contenta con el statu quo, no importa lo que digan. No prestan atención a las oportunidades y riesgos del camino. Los éxitos han creado indolencia e incluso arrogancia. Se continúan haciendo las cosas como se han venido haciendo, focalizándose la organización en lo que siempre se ha focalizado, se continua en aquello que dio éxito y peor aún en lo que no. Pero, en un mundo cambiante, rápido, competitivo, una satisfacción adormilada y constante con el statu quo puede ser demoledora y desastrosa, es como ir suicidándose lentamente en nuestro confort.

Sin embargo, los hay que creen que han encontrado la solución a este problema cuando ven a su alrededor un derroche frenético de actividad, gente de reunión en reunión, elaborando y presentando innumerables e interminables powerpoints, gente que da la impresión de abandonar constantemente ese statu quo de manera inconformista, gente con la impresión de un agudísimo sentido de la urgencia, sin embargo esta falsa urgencia también es demoledora. Esta actitud se debe más a reacciones a la presión externa e interna,  que generan ansiedad y molestia, que a la determinación fundamental de moverse y ganar, ahora. El frenesí resultante distrae más de lo que ayuda y consume la energía en actividad y no en productividad.

Y es aquí donde debemos de centrar el liderazgo maduro, en el verdadero sentido de la urgencia. El verdadero sentido de  urgencia se centra en asuntos críticos, no en agendas atestadas de lo importante y lo trivial. La verdadera urgencia es motivada por la profunda determinación de ganar, no por la ansiedad de perder. La persona que tiene una actitud de verdadera urgencia trata de lograr algo importante todos los días.


Se centra y focaliza en los cuadrantes 1 y 2.

URGENTE
NO URGENTE
IMPORTANTE
Cuadrante 1
Cuadrante 2
NO IMPORTANTE
Cuadrante 3
Cuadrante 4

En un entorno como el de hoy en día, con una competencia feroz, cuando la tecnología y la información lo están cambiando todo, el comportamiento de actuar como si nada pasase (autocomplacencia) como el de correr en círculos (falsa urgencia), son torpedos silenciosos lanzados hacia uno mismo que acaban con mucha frecuencia con el barco.

El líder maduro tiene que tener presente que la verdadera urgencia es un activo esencial que debe crear, recrear y desarrollaremos como hacerse.

UN VERDAERO SENTIDO DE  URGENCIA

Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, urgencia quiere decir: Necesidad o falta apremiante de lo que es menester para algún negocio.

Cuando se tiene un verdadero sentido de urgencia el pensamiento que se tiene es el que hay que tomar medidas ahora, no al final cuando las circunstancias permitan fácilmente hacerlo. Ahora quiere decir progresar realmente cada día. Necesidad critica o apremiante se refiere a retos fundamentales para el éxito o la supervivencia, para ganar o perder. Tener sentido de la urgencia es sentir que se tiene que lograr algo importante hoy.

El comportamiento urgente no lo mueve ni la creencia de que todo anda bien, ni la creencia de que todo es un desastre, lo mueve la creencia de que cada instante esconde una oportunidad y un grave peligro. La acción urgente no se mueve o logra por sentimientos de satisfacción, ansiedad, frustración, miedo, enojo o temor, sino por una determinación visceral de moverse y ganar ahora. La autocomplacencia y falsa urgencia hacen mirar hacia adentro, no hacia afuera que es donde se encuentran las oportunidades, para aquel que observa de manera persistente e incansable.
  

Veamos un cuadro ejemplificativo de conductas y comportamientos.




Las ocho medidas de un líder maduro en un entorno cambiante e impredecible.

TODO COMIENZA CON UN SENTIDO DE URGENCIA.

1.- Un sentido de la urgencia: Los ganadores primero se aseguran de que suficientes personas sientan un verdadero sentido de urgencia para buscar ahora las oportunidades decisivas y los riesgos que corre una organización.

2.- El equipo maduro como guía: Las personas que tienen un fuerte sentido de urgencia identifican rápidamente lo asuntos clave y conforman equipos lo suficientemente fuertes y con el suficiente compromiso para llevar a cabo una iniciativa ambiciosa de cambio, a pesar de tener ya demasiado trabajo o estar muy comprometidas.

3.-Visiones y estrategias: Los equipos fuertes y altamente comprometidos guían los esfuerzos en busca de visiones y estrategias para manejar los asuntos clave, aun cuando las mejores estrategias son esquivas.

4.-Comunicación: Los equipos que tienen un alto sentido de urgencia sienten profundamente una necesidad imperiosa de comunicar las visiones y estrategias a las personas apropiadas, a fin de ganar adeptos y generar un mayor sentido de urgencia en sus organizaciones.

5.- Empowerment (Facultamiento): Las personas que tienen un verdadero sentido de urgencia les otorgan poder a quienes están comprometidos a hacer de una visión una realidad y les eliminan los obstáculos que aparecen en el camino, aun si es muy difícil eliminar dichos obstáculos.

6.- Triunfos a corto plazo: Los equipos que tienen un alto sentido de urgencia llevan a quienes han otorgado poder a lograr triunfos visibles, claros y a corto plazo. Logros que silencian las críticas y desarman a los cínicos.

7.-Jamás disminuir la intensidad: Los grupos que tienen un verdadero sentido de urgencia no dejan que sus organizaciones vuelvan a caer en la comodidad de la autocomplacencia después de obtener los primeros éxitos.

8.- Hacer que el cambio se mantenga: Las organizaciones que tienen un alto sentido de urgencia, se sienten obligadas a buscar maneras de asegurarse de que cualquier cambio se mantenga, institucionalizándolo en la estructura, en los sistemas y, sobre todo, en la cultura.

La buena noticia es que en un entorno cambiante, no solo hay peligros sino también se ofrecen muchas oportunidades maravillosas. Capitalizar las oportunidades  requiere múltiples habilidades y recursos, pero, atención, todo comienza con un sentido de urgencia. APASIONANTE ESTE VIAJE ¿VERDAD?…